Es el resultado de una manifestación cultural religiosa genuina, en sus orígenes, de la Comunitat Valenciana.
Están formados por piezas individuales de azulejos. Estos azulejos hacen referencia a unas imágenes que se colocaron en las fachadas de algunas casas de nuestra villa.
Esta tradición comienza, según los estudiosos, hacia 1750 aproximadamente. Algunos de los paneles cerámicos de la localidad son de finales del s. XVIII. Desde siempre ha existido mucha devoción en nuestro pueblo por algunos santos. Algunos vecinos hacían promesas porque familiares mejoraron de alguna enfermedad, o que las desgracias no llegaron en el hogar, u otras peticiones. Si esto se cumplía, entonces, colocaban estos azulejos con la imagen del santo a quien habían hecho la promesa en señal de gratitud. Nuestro pueblo cuenta con más de cuarenta imágenes de este tipo, que se siguen conservando en buen estado.